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Los hosteleros rechazan el ZAS y lo califican de medida «arbitraria»

  • La reducción de horarios de apertura para establecimientos en más de cien calles de Málaga afectará a la creación y al mantenimiento de puestos de trabajo en una actividad que genera dos de cada tres empleos del sector turístico, auténtico motor de la economía.
  • La moratoria para nuevos establecimientos podría generar una pérdida de identidad local en la oferta hostelera, que hoy día está compuesta por negocios tradicionales en un porcentaje de un 87% contra un 13% de franquicias, según datos propios del Ayuntamiento de Málaga.

La Asociación de Hosteleros de Málaga (Mahos) alerta del perjuicio inmediato que va a suponer para la ciudad la declaración de Zona Acústicamente Saturada (ZAS) en más de cien calles, en concreto 98 del Centro Histórico y 5 de la zona de El Romeral. Se trata de una medida arbitraria y que culpa a la hostelería en exclusiva de una situación que se deriva de una apuesta general –política y económica– por un modelo de ciudad que ha llevado a Málaga a liderar el desarrollo turístico urbano en España en la última década.

La reducción de horarios de apertura, una decisión incomprensible habida cuenta del carácter turístico de Málaga, su clima y su identidad de ciudad abierta y capital de la Costa del Sol, tendrá una consecuencia evidente en el empleo. Cabe recordar que la hostelería mantiene 80.000 puestos de trabajo anuales en la provincia de Málaga, con picos de 100.000 en temporada alta, según datos de la Seguridad Social; es decir, se trata de la actividad que más empleos aporta, con enorme diferencia, a la economía local.

Mahos lamenta que el Ayuntamiento de Málaga no tenga en cuenta esta realidad y continúe con el ZAS, más aún cuando su propio Observatorio Turístico de Málaga ha cuantificado recientemente el peso del turismo en la economía local en más de 3.000 millones de euros, con un incremento anual del 15%. Disminuir el horario de apertura de los establecimientos y su presencia reglada en la vía pública afectará a la economía local y empeorará con total seguridad los datos turísticos que hacen de Málaga una ciudad cuyo modelo turístico es comúnmente reconocido en el sector, tanto dentro como fuera de España.

La decisión del ZAS recortará, junto con los horarios, la capacidad empresarial de dinamizar la economía cuando ya se detecta una evidente desaceleración en el conjunto de España y las estadísticas oficiales reflejan progresivos aumentos del paro. Además, resulta incongruente con el discurso municipal de la necesidad de un incremento de la planta hotelera. Sin ir más lejos, en los próximos meses abrirán cuatro nuevos establecimientos en la ciudad y Mahos considera un error desequilibrar la oferta de camas y la de restauración ante el más que previsible aumento de visitantes.

En cuanto a la motivación municipal para la imposición del ZAS, se basa en mediciones que achacan la emisión de ruido a la hostelería. Mahos rechaza de plano esta conclusión, ya que cada día pasan por el centro de Málaga decenas de miles de personas y es la propia actividad humana la que genera ruido, no la relacionada con la hostelería únicamente.

Las mediciones de empresas especializadas demuestran que las fuentes del ruido son dinámicas y por tanto estamos ante un injusto escenario de culpar a un solo sector (y hacerle pagar en términos de menor rentabilidad y reducción de puestos de trabajo) de una situación que es consecuencia de muchas más actividades humanas que la hostelera.

Peligro de pérdida de identidad local con la moratoria

Además, la imposición del ZAS podría generar una pérdida de identidad local en los negocios de hostelería de las zonas afectadas, especialmente en el Centro Histórico.

Contrariamente a lo que se pueda pensar, y según datos del Observatorio de Medio Ambiente Urbano (OMAU) del Ayuntamiento de Málaga (‘Análisis de los usos en planta baja en el ámbito del Pepri Centro, con fecha de abril de 2019), la proporción de negocios locales y franquicias en el Centro Histórico es del 87% contra el 13%, y en algunas zonas (Camas, Nosquera) llega a ser del 100% contra 0.

Mahos trabajará para que la moratoria de nuevos establecimientos no suponga un perjuicio en la calidad de la oferta hostelera y gastronómica, sino todo lo contrario; aunque esta circunstancia es una intervención en el libre mercado en una zona clave de la ciudad y las consecuencias son, por tanto, imprevisibles.

Esta realidad cambiará a consecuencia del ZAS y Málaga podría perder parte de la originalidad de su oferta, aspecto clave en el resurgir de la gastronomía como reclamo turístico y como reivindicación cultural propia en el uso, promoción y difusión de los productos locales. Contrasta la apuesta empresarial privada por la calidad y la excelencia, con nuevas aperturas y aventuras empresariales, con la imposición de un ZAS arbitrario.

La hostelería, motor de revalorización de espacios degradados

En este sentido, la hostelería ha sido y es una parte importante de la revalorización de espacios urbanos degradados, acompañando a la estrategia de un modelo de ciudad exitoso impulsado por el propio Ayuntamiento de Málaga que ahora se recorta en una decisión municipal difícil de comprender. El Soho y el Centro Histórico son ejemplos de una concepción que ha abierto camino a mejoras generales de equipamiento y oferta cultural, de conquista de espacios para el ciudadano en perjuicio del tráfico rodado y contaminante.

Por último, la Asociación de Hosteleros de Málaga apela a la seriedad a la hora de tomar decisiones que sin duda van a afectar a la economía y al modelo de ciudad, y plantea huir de máximos que hacen daño al trabajo, a la entrega, al sacrificio, al espíritu de emprendimiento y al bienestar de al menos 80.000 personas en el conjunto de la provincia.